El trabajo arduo y una trayectoria de 28 años le han permitido a Joyería Andrea, empresa asociada a CAINCO, inmortalizar en una de sus joyas el evento diplomático más importante del país en los últimos tiempos. Conozcamos los detalles de esta obra.
El 8 de enero del 2014, Bolivia asumió la presidencia anual del Grupo de los 77 más China en una ceremonia realizada en la sede de las Naciones Unidas. Por primera vez en la historia, Bolivia acogería a más de cien delegaciones encabezadas por presidentes y cancilleres de los países que integran la mayor organización intergubernamental de países en desarrollo.
En el mes de febrero, Joyería Andrea fue seleccionada como la joyería oficial de la Cumbre G77 + China y su misión fue la de elaborar 140 piezas para obsequiar a los invitados de este gran evento al celebrarse en el país los 50 años de la organización de la cumbre que reúne a representantes de 133 países en vías de desarrollo.
“Los 50 años de la Cumbre G77 + China se cumplirán en Bolivia, en el corazón de América. Nuestra joya se inspira en el mapa de Bolivia y es representada por la Bolivianita” contó Fanny Jiménez, propietaria de Joyería Andrea, en pleno proceso de elaboración de los 140 pines encargados por los organizadores del evento internacional.
Se trataba de 55 piezas elaboradas en oro de 18 quilates para entregar a los primeros mandatarios y 85 piezas de plata para los cancilleres. Cada una de ellas midió aproximadamente dos centímetros y estaba engalanada con la piedra Bolivianita incrustada en el centro.
Según comentó Jiménez, luego de varios bocetos presentados por los diseñadores de la joyería, se seleccionó el más significativo para Bolivia y su posición como anfitrión de este gran evento: es decir que las joyas tomaron la forma del mapa de Bolivia, con el símbolo ‘G77’ en el medio y una bolivianita alojada en su centro para destacar, con su resplandor, que Bolivia es el corazón de Sudamérica. En el proceso intervinieron talentosos diseñadores y seis orfebres que trabajaron una a una las 140 piezas (tres joyeros se ocuparon de darle el toque a los pines de oro que se obsequiaron a los presidentes y otros tres dieron vida a las piezas de plata que, finalmente, vistieron a los cancilleres).
“Para Joyería Andrea es una gran satisfacción haber podido hacer este trabajo y reafirmar con ello su posicionamiento como una joyería creativa y de diseño de autor. Detrás del trabajo visible, existe todo un equipo de profesionales, entre diseñadores talentosos y hábiles orfebres que hacen posible que Joyería Andrea sigue adelante”, fueron las palabras de Fanny Jiménez, propietaria de esta empresa de 28 años de trayectoria en el mercado cruceño.
Las joyas del alma cruceña
Joyería Andrea tiene casi treinta años de experiencia en el rubro joyero y a lo largo de ese tiempo se ha destacado por ser una joyería especializada en trabajar piedras semipreciosas nativas del Amazonas Boliviano, como el Ametrino, mejor conocido como ‘Bolivianita’. Esta piedra semipreciosa comercializada en nuestro país tiene características únicas que la hacen tan especial y representativa de Bolivia. La fusión natural de los minerales citrino y amatista, con su diversidad de colores que van desde los amarillos tenues hasta la gama de los lilas y profundos violetas, hacen que esta gema sea única en el mundo.
Joyería Andrea se considera una joyería creativa que produce y promueve la producción nacional a través de la elaboración de joyas que han acompañado diferentes hitos de la historia boliviana, inspirándose en la cultura y en acontecimientos importantes que marcaron puntos de inflexión en nuestra realidad.
Tal es el caso del lanzamiento a nivel internacional de las Misiones Jesuíticas de Chiquitos, ocasión que se aprovechó para elaborar una joya como réplica del simbólico ángel de madera de la Chiquitanía. Se plasmó el rostro chiquitano en metal y se usó piedras naturales para las alas, fue un trabajo minucioso que implicó largas horas en el diseño para respetar todos los detalles y los rasgos de esta etnia boliviana.
De igual manera se elaboró la medalla del Bicentenario en homenaje a los 200 años de Santa Cruz. Esta pieza estuvo inspirada en el mural del desaparecido artista Herminio Pedraza, denominado ‘Rompiendo cadenas’ y que se encuentra en el Comité Pro Santa Cruz. Se trata de una joya que, a decir de sus creadores, refleja el momento histórico en el que los cruceños clamaban por las autonomías en el país.
Según Jiménez, una de las experiencias más significativas para Joyería Andrea fue realizar la colección Patujú en honor a las marchas por la reivindicación de los pueblos originarios del Tipnis que luchaban por su tierra, hábitat y medioambiente. La flor del patujú además de tener una exótica belleza se convirtió en la ocasión en símbolo de las tierras bajas del Oriente (se llevaba impresa en las banderas blancas con las que marchaban los indígenas). De esa manera, nació el patujú hecho joya como homenaje al sentimiento nacional de proteger los recursos naturales.
Por otra parte, Joyería Andrea patrocina diversos concursos de belleza y corona a las ganadoras de estos certámenes con verdaderas joyas como premio. Tal es el caso de los concursos Miss Bolivia, Miss Santa Cruz y Reina Hispanoamericana