- Las joyas pasan de generación en generación, transmitiendo el mismo sentimiento y continuando la tradición familiar.
- Es una buena inversión; a pesar de su uso, no se deterioran y su valor se incrementa al pasar los años.
- Regalar una joya provoca emociones y sentimientos; amor, cariño.
- Cada vez que se usa la joya, se recuerda la persona que se la regaló.
Las joyas son recuerdos que perduran.
Joyería Andrea
Visítanos en calle Junín #177